Conmemoración del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki

La Asamblea Antinuclear de Córdoba convoca un año más una concentración en memoria de las víctimas de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki que tuvieron lugar los días 6 y 9 de agosto de 1945. Como ya es tradicional, esta concentración se celebrará en la Glorieta de las ciudades Hiroshima y Nagasaki (Jardines de los Patos junto al monumento a Julio Romero de Torres) el martes 6 de agosto a las 21.00 horas y tendrá como lemas “Hiroshima y Nagasaki nunca más”, “Fukushima nunca más”, “Chernobil nunca más”, “Cierre del cementerio nuclear del Cabril”, “Energía nuclear, ni civil ni militar”.


Con esta concentración la Asamblea Antinuclear de Córdoba quiere recordar a las más de 200.000 personas que fallecieron en estos bárbaros atentados nucleares, así como llamar la atención sobre el peligro de la energía nuclear en todas sus formas y, sobre todo, del enorme riesgo que supone el potencial destructivo del arsenal nuclear existente, en manos fundamentalmente de Estados Unidos y de Rusia y de los EE.UU. de Norteamérica. Entre ambos países, que almacenan el 95% de las armas nucleares existentes, pueden descargar en pocos instantes unas 2.600 ojivas de altísimo poder, equivalentes a 100.000 bombas como la que, en su día, fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima.


La Asamblea Antinuclear exigirá que el Gobierno español ratifique el Tratado Internacional sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, auspiciado por Naciones Unidas, que ya han suscrito 122 países
pero rechazó firmar en 2017 Mariano Rajoy, obedeciendo a los intereses de la OTAN y Estados Unidos. Consideramos que la política internacional debe obedecer a los intereses de los pueblos y no estar al servicio del imperialismo y los intereses mercantiles del poderoso lobby de la industria
armamentística.

Mantener y renovar el arsenal nuclear, como están haciendo las grandes potencias, representa un inmenso despilfarro económico sin otra finalidad que reforzar las pretensiones de dominio de unos cuantos países, porque las armas nucleares no nos defienden de ninguna de las principales amenazas que actualmente afronta el mundo, como el cambio climático, el hambre, el terrorismo o los ciberataques. Por el contrario, representan uno de los mayores riesgos para la supervivencia de la Humanidad y más cuando la decisión de su uso depende de gobernantes como Donald Trump, tan escasos de ética como de sensatez, empeñados en fomentar un clima de Guerra Fría y de tensión internacional que nos acerca peligrosamente a un conflicto mundial de consecuencias irreparables.

La única solución es el desarme nuclear total.

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